24 de enero 2024
¡Que alguien me explique!
Azucena Uresti
Azucena Uresti tomó sus decisiones, enfrentó su circunstancia y se despidió del espacio que durante años forjó con un excelente equipo en Milenio Televisión
Por Ramón Alberto Garza
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Azucena Uresti es una periodista regiomontana, quien desde hace poco más de 20 años, se forjó con méritos propios una muy exitosa trayectoria en medios locales y nacionales.
La cúspide de esa carrera fue la de llegar a ocupar el horario estelar del noticiero nocturno de Milenio Televisión, al que le fue impuesto su sello: “Azucena a las 10”.
El pasado viernes, Azucena Uresti no abrió su noticiero leyendo los obligados titulares del día. El anuncio de su retiro de ese espacio informativo fue el gran titular del día. Sobre todo, porque lo anunciaba en singulares circunstancias que la obligaban a tomar esa difícil decisión.
Durante las últimas semanas, la periodista -quien también ocupa desde hace cinco años un espacio vespertino en Radio Fórmula- venía siendo el blanco de una andanada de ataques por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien le disgustaba el enfoque de los cuestionamientos de Azucena Uresti.
Y en un afán por “ningunearla”, el inquilino de Palacio Nacional hizo como que no recordaba el nombre de la conductora, como lo hace siempre con personajes políticos, empresariales o mediáticos a los que quiere menospreciar. Les quiere dejar un mensaje de que “son tan poca cosa, que ni de su nombre me acuerdo”. Cliché mañanero barato y chafo.
Azucena Uresti arremetió en Radio Fórmula contra esa misoginia presidencial y el disgusto del mandatario sacudió las entrañas del accionariado, no de Radio Fórmula donde se emitió la opinión, sino de Milenio.
Las presiones sobre la periodista no se hicieron esperar y con crípticos mensajes la arrinconaron. Era la hora de bajarle a su crítica contra el presidente y, de pasada, se le exigía abandonar el espacio de Radio Fórmula que ocupaba con la autorización de los directivos de Milenio.
Azucena Uresti tomó sus decisiones, enfrentó su circunstancia y se despidió del espacio que durante años forjó con un excelente equipo en Milenio Televisión.
Los directivos de la empresa buscaron sofocar el incendio con un comunicado en el que se negaba cualquier censura, adjudicando la salida a una decisión de la comunicadora, quien habría preferido ocupar el espacio radiofónico matutino de Radio Fórmula. ¿De verdad alguien cree que Azucena Uresti iba a querer dejar de ser la cara visible del noticiero más exitoso de la televisión mexicana, por voluntad propia? No le dejaron salida.
Si buscamos la verdad, baste hacerse una pregunta. ¿Cuántas veces, en los últimos 20 años, Azucena Uresti cambió de empresa? La respuesta: ninguna.
La contra pregunta: ¿Cuántas veces Milenio Diario y Milenio Televisión cambiaron de director o de titular de sus espacios, rodeados de controversias por jaloneos con los presidentes, sean del PRI, del PAN o de Morena? Pregúntenle a Arreola, a Riva Palacio y a Marín, por citar a tres periodistas emblemáticos que transitaron por esas direcciones.
El conflicto de fondo, en México, es que una gran mayoría de los dueños de medios de comunicación -y claro que hay honrosas excepciones- son más “presidencialistas que el presidente”.
A la menor queja de Palacio Nacional sienten que tienen que sacrificar al “apóstata” que los pone en peligro y despedirlo para calmar con su sangre derramada la ira del dios iracundo que reniega de la libertad de expresión. No quieren perder los presupuestos de la publicidad oficial y, mucho menos, su derecho de picaporte y de sentarse a la mesa de la comida presidencial en donde cabildean favores para sus otros negocios, que suelen ser más redituables que sostener la libertad de expresión. Y están en todo su derecho. Para eso son los dueños. Pero nada es gratis. Tienen que aceptar pagar ante la opinión pública el precio de su ofrenda.
Azucena Uresti ya no estará con sus agudos comentarios y sus singulares puntos de vista en la pantalla de Milenio Televisión. Debutará, en los próximos días, en uno de los estelares matutinos de Radio Fórmula, del que está por anunciar su retiro el periodista Óscar Mario Beteta. El otro estelar matutino de Radio Fórmula es el de Ciro Gómez Leyva.
Bien por Jaime Azcárraga, quien como dueño de Radio Fórmula apuesta en los hechos al talento periodístico, como el de Azucena Uresti, sin dejarse intimidar por los rugidos que se escuchan desde Palacio Nacional.
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