8 de marzo 2018
Internacional
El arte de la guerra (comercial) de Trump Tzu
La decisión de la Casa Blanca de imponer aranceles al acero y aluminio podría ser el catalizador de un conflicto comercial internacional
Por Rodrigo Carbajal
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Donald Trump está a punto de llevarnos a la que podría ser la peor guerra comercial en décadas.
Imponer tarifas de 25% a la importación del acero y del 10% a la importación de aluminio es cruzar una línea muy importante en las relaciones comerciales internacionales. Es invadir Polonia en 1939.
La semana pasada, luego de que Trump hizo pública su intención de iniciar una escalada arancelaria, las acciones estadounidenses perdieron 460 mil millones de dólares de valor en sólo cuatro días.
El presidente de Estados Unidos pasó del arte de negociación al arte de la guerra comercial. Por eso, te presentamos sus tres máximas:
1) Utiliza solamente a tus generales más leales
Que en este caso son el secretario de Comercio, Wilbur Ross; el jefe de la negociación del TLCAN, Robert Lighthizer; y Peter Navarro, un hombre que ha sobrevivido al caos de la Casa Blanca de las últimas semanas.
Mientras que Rob Porter salió por un escándalo de abuso doméstico, Hope Hicks presentó su renuncia y Jared Kushner fue degradado en las reuniones de seguridad nacional, Peter Navarro fue promovido.
El ascenso de Navarro, el hombre más afín al nacionalismo económico en la Casa Blanca, contrasta con la presión que enfrenta Gary Cohn el ex presidente de Goldman Sachs y actual asesor económico sénior que amenazó al presidente con renunciar en caso de que se implementen las tarifas arancelarias.
2) Nunca subestimes el poder de la negación
¿El presidente Trump de verdad cree que sus acciones no provocarán una reacción de sus socios comerciales?
Esto es difícil de creer, dado que prácticamente todos han dicho que impondrán aranceles a las exportaciones estadounidenses de estados políticamente sensibles para la Casa Blanca.
Así lo hicieron saber México, Canadá y la Unión Europea.
3) No escuches a tus aliados
El presidente Trump no sólo ha ignorado las advertencias de sus socios comerciales, sino las de su propio partido.
Paul Ryan, Lindsey Graham y otros liderazgos del Partido Republicano en el Congreso han sido incapaces de negociar un cambio de discurso con la Casa Blanca en materia comercial.
Los grupos de interés del sector empresarial tampoco han podido frenar la iniciativa arancelaria del presidente Trump.
En retrospectiva, puede decirse que el arte de la negociación llevó a Trump a la presidencia de Estados Unidos; sin embargo, el arte de la guerra comercial podría llevar a la economía global y a su administración al colapso.