9 de octubre 2018
¡Que alguien me explique!
Arrastrar el lápiz
Alfonso Durazo decidió que lo más sensato para el equipo de transición era cerrar los llamados foros de pacificación que organiza el gabinete de seguridad propuesto por AMLO. Pese a que la decisión fue criticada, lo que necesita el país son visiones estratégicas claras. Arrastrar el lápiz.
Por Ramón Alberto Garza
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Es muy entendible que en medio de la euforia por la contundente victoria, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador y su equipo vivan una jauja de ánimos.
Y que en su positivo afán por buscar nuevas recetas para viejos y odiosos males, traten escuchar todas las voces, en todas las disciplinas, para todos los problemas.
Pero eso, en castellano, se llama utopía.
En el fondo lo que la transformación en curso exige son visiones claras, estrategias pragmáticas, mapas de navegación y sobre todo la definición de capitanes para
asumir cada travesía y evitar cada posible naufragio.
Sin duda desde que el presidente electo anunció los foros como los de Seguridad y Educación –dos temas por demás sensibles- lo hizo con el mejor espíritu de que los
mexicanos viviéramos una catarsis frente al enorme drama.
En los hechos, sin embargo, los foros se convirtieron en escenarios para que no solo los mexicanos de buena voluntad, sino también aquellos que operan desde las
sombras, los tomaran como escaparate mas allá del simple desahogo o la genuina propuesta.
Poco se levanta en esos foros que acaban en tribunales de lamentos, exhibidores de desencantos y por supuesto, cadalsos desde donde se exige la cabeza de alguien que todavía no ocupa oficialmente un despacho gubernamental.
En el caso de los Foros para la Paz que comanda AlfonsoDurazo, se vio desde el inicio que por la libertad de acceso a todas las voces –muy aplaudible- acabaron en
modernas torres de Babel en las que cada quien entiende lo que su lenguaje y su óptica les dictan.
Y en los Foros de Educación que comanda Esteban Moctezuma Barragán, era de esperarse que las sillas volaran por los auditorios cuando se tiene un conflicto ya
no entres dos bloques sindicales, sino entre tres.
Por eso fue sensata la decisión de cancelarlos, en especial los de seguridad, en la antesala de asistir a los peligrosos territorios de Veracruz, Tamaulipas,
Sinaloa, Morelos y Tabasco.
Por eso sería prudente que de igual manera los Foros de Educación no sobrevivieran como espacios abiertos para acabar en cuadriláteros donde las posiciones políticas
se arreglan a golpes y sillazos.
Tanto Durazo como Moctezuma son personajes curtidos en el oficio público, con los accesos suficientes a personas y organismos necesarios que los apoyen para
definir agendas y prioridades.
Mas que escenografías para que desde las sombras algunos busquen enlodar lo que todavía no comienza, lo que urge es arrastrar el lápiz, hacer trabajo profundo, del que solo puede hacerse con tiempo, a puerta cerrada.
Por mas que López Obrador defina una doctrina del amor, de la paz, de la no venganza, del perdón y del no olvido, la realidad se topa con la consignación, con el
debido proceso, con los juicios mal llevados y con los sindicatos que desde ahora amenazan con boicotearlo todo.
A poco mas de 50 días para asumir el nuevo gobierno, lo que produjeron esos foros solo fue desgaste, desahogo y un limitado diván para tratar los traumas sociales o
sindicales.
Pero al final lo que contará será si se redefinió bien la nueva Secretaría de Seguridad o si de tienen la visión clara para una Reforma Educativa que quizá lo que
demande sea un borrón y cuenta nueva.
Arrastrar el lápiz, trazar la ruta crítica y definir qué resultados esperados se verán en los primeros 100 días.
Eso, mas que foros de escándalo, es lo que a partir del primero de diciembre demandarán los mexicanos que votaron masivamente por la Cuarta Transformación.
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