4 de agosto 2025
¡Que alguien me explique!
Arca, Osmar, “Pato” y “El Torito”
Ojalá que, como tarea, los medios de comunicación y las redes sociales procuremos más los logros como el de Arca Continental, Osmar Olvera, “Pato” O’Ward o “El Torito”, orgullosos ejemplos de clase mundial
Por Ramón Alberto Garza
COMPARTE ESTA HISTORIA
Más allá de la difusión de noticias y análisis de opinión, los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales tenemos una tarea crucial: sembrar en el inconsciente colectivo de una sociedad -no cómo pensar- sino a qué asuntos le damos relevancia y, sobre todo, la tónica del pensamiento para alentar el ánimo de las masas.
Desde hace décadas, en los Estados Unidos, es una práctica casi hecha ley que en las primeras páginas de los diarios o en los titulares de televisión, en medio del drama que se difunde, siempre debe existir una noticia positiva, un aliento inspirador y esperanzador que lleve a pensar que no todo está mal. Que no todo está podrido.
En México, sin embargo, los medios y las redes sociales estamos empeñados en exaltar sólo lo malo. Las crisis, las descalificaciones, el divisionismo, la corrupción, los homicidios y las “noticias negras” dominan el debate.
Hojeé las páginas de los periódicos o cuantifique las noticias en los canales de televisión para que lo compruebe. Y lo ejemplar, lo destacado, lo que merece un sitio especial para dar ejemplo positivo, para elevar el espíritu, apenas se trata marginalmente, sin la celebración que el mérito exige y que servirá, sin duda, para que otros lo imiten.
Ahí está como muestra el reconocimiento que se le dio esta semana en Roma, Italia, a la empresa mexicana Arca Continental, embotelladora de Coca-Cola, que ya domina no sólo el norte de México, sino en Perú, Ecuador, el norte de Argentina y, sobre todo, esta hazaña de hacerse del sur de los Estados Unidos, incluyendo Texas, y partes de Oklahoma, Arkansas y Nuevo México.
Arca Continental Coca-Cola Southwest Beverages fue elegido el pasado 31 de julio como la corporación ganadora de la Candler Cup, el máximo galardón que otorga The Coca Cola Company para reconocer al mejor embotellador entre las 225 franquicias que tiene esta popular bebida en todo el mundo. No es poca cosa.
No se trató de un “dedazo”. La selección la hicieron los mismos embotelladores de esa firma global basada en Atlanta, Georgia, tomando en cuenta criterios de desempeño como ingresos, desarrollo de capacidades e inversión en su gente y su cultura. Un dato que exhibe la hazaña es que desde que Arca Continental adquirió las operaciones del sur de los Estados Unidos, estas ya se duplicaron en tamaño.
La corporación que preside Jorge Santos creció 98 por ciento en los últimos cinco años. Arturo Gutiérrez, director general de Arca Continental y Jean Claude Tissot, director de Arca Continental en Estados Unidos, recibieron la prestigiada copa. Y eso lo exaltamos hoy aquí porque no creemos que este logro mundial de una empresa mexicana con sede en Monterrey y que conquista las mejores prácticas globales tenga la menor oportunidad de ser presumida por la presidenta Claudia Sheinbaum en su mañanera.
Pero en el terreno individual -y en particular en lo deportivo- México también está batiendo récords sin que los medios de comunicación ni las redes sociales dimensionen y difundan como se merecen esas hazañas.
El pasado viernes primero de agosto, el clavadista mexicano Osmar Olvera -con apenas 21 años de edad- conquistó la medalla de oro en trampolín de tres metros en el Mundial de Singapur 2025. Para que dimensionen el mérito del deportista representante de Nuevo León, hacia 18 años que ningún clavadista despojaba a los chinos del primer lugar en trampolín de tres metros. El último fue el canadiense Alexandre Despatie.
Ahora, en este Mundial de Singapur, Osmar Olvera no sólo derrotó al favorito -el chino Yuan Cao- sino al cuatro veces campeón de esa disciplina, el también chino Zongyuan Wang. Los orientales debieron conformarse con la plata y el bronce, cuando siempre solían hacer el uno-dos.
Ni qué decir también en este mismo fin de semana sobre el ciclista mexicano Isaac del Toro -también de 21 años- se proclamó en España como el primer latinoamericano en coronarse campeón del Circuito de Getxo, el 80 en la historia. Para “El Torito” fue su octava victoria en justas ciclistas mundiales en este 2025.
Ya antes, en este mismo año, el ciclista bajacaliforniano que compite bajo la camiseta de los Emiratos Árabes, había ganado ya el Tour de Austria, la Milano-Torino, y la Clàssica Terres de l’Ebre, además de un segundo lugar en el muy prestigiado Giro de Italia y ser el primer mexicano en ganar el Tour de l’Avenir, dentro del Tour de Francia Sub 23.
Y cómo no incluir en esta lista de orgullos mexicanos el nombre de Patricio “Pato” O’Ward, ese fenómeno de la IndyCar que a sus 26 años ya disputa las posiciones de arranque y los podios de las principales competencias de automovilismo mundial. Tan sólo este año, el piloto regiomontano puede presumir un arrollador triunfo hace dos semanas en el Gran Premio de Toronto, igualando la hazaña que hiciera en 1996 el piloto Adrián Fernández. “Pato” O’Ward venía de ocupar el máximo sitio en el podio del Circuito de Iowa y un muy destacado tercer lugar en las 500 Millas de Indianápolis.
En su corta carrera, el regiomontano que ha competido con escuderías como Arrow McLaren, Carlín y Harding Racing, tiene en sus 103 carreras la nada despreciable cifra de nueve victorias en primer lugar y 32 ascensos al podio. Y su ruta hacia una brillante carrera en Fórmula 1 es cuestión de tiempo.
¿Por qué estos logros no son presumidos a ocho columnas o en la apertura de los noticieros de radio y televisión? Porque en esos sólo caben nombres como Adán Augusto López, Gerardo Fernández Noroña, Audomaro Martínez, Andy López, Rubén Rocha Moya, Mario Delgado y hasta Andrea Chávez con sus “jirafales” méritos. Pura “chiquillada” que sólo juega en canchas donde silban a su favor los árbitros morenistas.
Ojalá que, como tarea, los medios de comunicación y las redes sociales procuremos más los ejemplos como el de Arca Continental o como los de Osmar, Pato O’Ward o “El Torito”. Esos rebasan las fronteras de México y son orgullosos ejemplos de clase mundial. Si lo hacemos seríamos, sin duda, una mejor sociedad.
Más contenido de ¡Que alguien me explique!
El análisis de Ramón Alberto Garza sobre los temas más relevantes