16 de octubre 2023
¡Que alguien me explique!
AndyMato 2024
Las tribus comienzan a intranquilizarse frente a lo que se perfila como una operación bien armada para imponer a hombres y mujeres ligados a Andrés Manuel López Beltrán
Por Ramón Alberto Garza
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La selección de los candidatos a las gubernaturas y a los escaños senatoriales y las curules de diputados están sobrecalentando los ánimos hacia el interior de Morena.
Las tribus comienzan a intranquilizarse frente a lo que se perfila como una operación bien armada para imponer, en esas posiciones, a hombres y mujeres ligados a Andrés Manuel López Beltrán.
Mejor conocido como “Andy”, el segundo hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador está tejiendo lo que sería, no solo la perpetuidad de la Cuarta Transformación, sino el relevo para que la generación de los que hoy tienen entre 35 y 40 años se haga cargo del poder a partir del 2024, y lo prolonguen más allá del 2030.
Para quienes conocen de cerca la estrategia, advierten que Claudia Sheinbaum sería solo una presidenta de transición, cuyo gobierno estaría dominado por amigos e incondicionales de Andy López Beltrán. Todo con miras a prepararle el camino para que el hijo del inquilino de Palacio Nacional sea el candidato presidencial de Morena en 2030.
El proyecto incluye la colocación de cercanos en las próximas gubernaturas que se disputarán a partir de 2024, para que la mayoría de los gobernadores morenistas que estén en funciones, en los meses previos a las decisiones de 2030, apoyen política y financieramente a Andy López Beltrán.
Por eso, las listas de los precandidatos a ser tomados en cuenta están rasuradas. Porque no quieren a morenistas que no estén aliados al ala radical que patrocina hoy a Claudia Sheinbaum y que serían los futuros incondicionales de Andy López Beltrán.
La operación más compleja se estaría dando en el proceso de selección de los candidatos a diputados y senadores, buscando que, más allá del dominio de Morena en ambas Cámaras, la presencia de hombres y mujeres cercanos al hijo del presidente López Obrador garanticen la conformación de la ruta política que se recorrerá en los próximos seis años.
Ya en este sexenio, y a pesar de que el inquilino de Palacio Nacional insistió una y otra vez que sus hijos no tendrían relación alguna con su gobierno, Andy López Beltrán logró colocar a algunos de sus más cercanos amigos en posiciones clave del gobierno de la Cuarta Transformación.
Entre ellos figuran Luisa María Alcalde, quien después de pasar por la Secretaría del Trabajo fue instalada en la Secretaría de Gobernación para iniciar el relevo generacional en el primer círculo de poder.
También se incluyen entre los muy cercanos a Andy a Román Meyer, secretario de Desarrollo Territorial; a Javier May, ex director de Fonatur y ahora aspirante morenista a gobernador de Tabasco; a Marath Baruch Bolaños López, actual secretario del Trabajo; a Juan Pablo de Botton, primero director de Nacional Financiera y actual subsecretario de Hacienda; y a Antonio Martínez Dagnino, jefe del Sistema de Administración Tributaria, quien vino a reemplazar a la poderosa Raquel Buenrostro cuando emigró a la Secretaría de Economía.
El club de los cercanos a Andy incluye también a Abraham David Alipi Mena, quien de Pemex Exploración pasó a director del Centro Nacional de Control del Gas Natural (Cenagas).
La lista se amplía a Carlos y Hugo Buentello Carbonell, proveedores favoritos de obras en los gobiernos de Tabasco y de la Ciudad de México; a Alejandro Castro Jiménez Labora, a Jesús Fernando Peña Uribe, a Aura Moreno Vargas y a Pablo Dalí García Martínez, entre muchos otros colocados en posiciones clave de los sectores energético, educativo y financiero.
La estrategia pretendería emular desde la izquierda el llamado “Maximato” impuesto por Plutarco Elías Calles, quien desde su posición de caudillo revolucionario y fundador del Partido Nacional Revolucionario -hoy PRI- logró imponer entre 1928 y 1934 a tres presidentes interinos: Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez. Todos manejados por Calles, a quien se le impuso el mote de Jefe Máximo de la Revolución. De ahí se dio el nombre de “Maximato” al periodo en que se prolongó su domino sobre la política nacional.
Debió llegar a la presidencia otro general, Lázaro Cárdenas, para que en 1936 se le impusiera un alto a Calles y acabara expulsado de México. El “Maximato” se extinguió.
Las similitudes no dejan de asomarse entre el “Maximato” y la Cuarta Transformación. Ambos exhiben a un caudillo -Calles y López Obrador-. Los dos crearon su partido político para controlar el poder más allá de su mandato. Calles fundó el Partido Nacional Revolucionario y López Obrador a Morena.
Ambos, Calles y López Obrador, reiteraban una y otra vez en su discurso presidencial que estaban en contra del caudillismo -que ellos personificaban- y que buscaban gobiernos democráticos y constitucionales.
La historia de Calles acabó por desmentirlo y hasta fue expulsado a California. ¿Será Claudia Sheinbaum la Emilio Portes Gil del inicio de lo que ya se da en llamar AndyMato, por ser el hijo del presidente López Obrador el heredero legítimo de la Cuarta Transformación? La definición de las candidaturas estatales y legislativas 2024 darán la respuesta.
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