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23 de julio 2018

Deportes

Alemania pierde ante el racismo

La renuncia Mesut Özil a la selección alemana representa una dolorosa derrota para el futbol debido a que se trata de un caso de racismo

Por Carolina Hernández

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El futbol alemán sufrió el domingo una derrota, quizá más dolorosa que la del Mundial.

El centrocampista Mesut Özil anunció que deja la selección alemana porque es víctima de racismo.

Y es que luego de esta foto con el presidente turco, Recep Erdogan, se puso en duda la lealtad de Özil a Alemania y, por supuesto, a su selección que en Rusia sufrió un fracaso histórico.

Las palabras del jugador del Arsenal ante las críticas fueron fuertísimas.

«Las semanas pasadas me han dado tiempo de reflexionar, y tiempo para pensar acerca de los eventos que han ocurrido en los últimos meses. Consecuentemente, quiero compartir mis pensamientos y sentimientos sobre lo que ocurrió».

En tres partes, Mesut Özil escribió en Twitter sus pensamientos sobre su anuncio de dejar Alemania.

«En los ojos de Grindel y de sus seguidores, yo soy alemán cuando ganamos, pero soy inmigrante cuando perdemos (…) Ya no soportaré ser un chivo expiatorio por su incompetencia e incapacidad para hacer bien su trabajo».

El presidente de la Federación Alemana, Reinhard Grindel, rechazó las acusaciones.

Özil suma 92 partidos con su selección y fue votado en cinco veces como el mejor jugador del equipo
además, era la imagen de la integración en Alemania de los ciudadanos de origen extranjero, por eso, su renuncia a la selección preocupa a la ministra alemana de justicia, Katarina Barley.

En Alemania vive la comunidad de inmigrantes turcos más numerosa del mundo, con cerca de 3 millones de personas.

Y las relaciones en este momento con Turquía son muy tensas desde el intento de golpe de Estado fallido de 2016.

Mientras Berlín acusa a Erdogan de autoritarismo, Erdogan compara la Alemania actual con la del nazismo.

Pero Özil es un jugador de futbol y asegura que su reunión con el presidente turco nada tuvo que ver con sus posturas políticas.

“Tengo un corazón alemán y uno turco… Me inculcaron en mi casa ser siempre respetuoso y jamás olvidar quién soy o de dónde vengo (…) No reunirme con el presidente habría sido una falta de respeto a las raíces de mis antepasados».

La violencia racista en el futbol europeo es un tema delicado.

La Asociación de Futbolistas Italianos presentó este año los resultados del estudio “futbolistas bajo el fuego”, una radiografía de las acciones intimidatorias y amenazas que sufren los jugadores en todas las categorías italianas.

El 36% de las causas de esa violencia es el racismo.

En 2013, la FIFA creó  el Task Force, un equipo de trabajo contra el racismo, pero el 26 de septiembre del 2016, el organismo rector del futbol mundial decidió disolver ese equipo.

«El ‘task force’ contra el racismo tenía una misión especial que creemos que ya ha cumplido”, dijo en ese entonces la secretaria general de FIFA Fatma Samoura.

Sin embargo, el caso de Özil deja claro que no podían estar más alejados de la realidad.

«No criticaron mi rendimiento, ni el del equipo, sino mi ascendencia turca. Eso traspasa una línea personal que nunca debe cruzarse”.

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