¿Cuánto falta para la elección?

27 de abril 2024

31 de mayo 2017

¡Que alguien me explique!

¡A pagar el huachicol!

Está más que claro que el robo de combustibles, que se acepta supera ya los 20 mil millones de pesos al año, es toda una industria bien estructurada

Por Ramón Alberto Garza

COMPARTE ESTA HISTORIA

Las imágenes se anunciaron como la gran primicia nacional en Despierta, de Carlos Loret.

En exclusiva el video tomado desde un dron en donde se ve in fraganti el robo de combustibles, sobre una toma clandestina de Puebla.

Como si se tratara de una gran operación encubierta, el dron vuela sobre un poblado de unos cuantos cientos de habitantes, con casas humildes, en medio de la nada.

Y de pronto la cámara del dron se enfoca a la toma clandestina y a la pipa que en ese momento extrae ilegalmente el combustible.

Pero, oh sorpresa, que no se trata de una pipa, sino de decenas y decenas de pipas esperando turno para ser abastecidas por los huachicoleros que operan la toma clandestina.

¿Alguien puede imaginar que aquello, que se hace a cielo abierto, con el tránsito de decenas y decenas de pipas por las carreteras que convergen a ese lugar inhóspito, no sea detectado por autoridad alguna?

¿En dónde están la Policía Federal, la Policía de Caminos o el Ejército que lo patrullan todo, o al menos alguna policía estatal o municipal? ¿Brillan por su ausencia o resplandecen en la complicidad?

Está mas que claro que el robo de combustibles, que se acepta supera ya los 20 mil millones de pesos al año, es no un acto delictivo sino toda una industria bien estructurada que va desde la extracción, el traslado, la venta y el lavado del dinero.

Para que eso suceda, tienen que estar “en el ajo” no solo las autoridades locales, estatales y federales, sino los mismos gasolineros, que trafican y lucran millonariamente con el combustible robado.

Por eso indigna que esta semana amanezcamos con la novedad de que la Comisión Reguladora de Energía autorice a partir de este año los consumidores de gasolinas, que somos todos, terminemos pagando las mermas de Pemex por el robo de combustibles.

Qué desgracia y que enorme absurdo del gobierno federal el facturarle a los ciudadanos su incompetencia -¿o su complicidad?- como autoridad, para frenar y poner tras las rejas a los que lo roban.

Si todavía no nos tragamos el engaño del precio libre de la gasolina. Sí, aquel que nos vendieron de que el precio de los combustibles fluctuaría dependiendo de su cotización internacional, que depende del precio del barril del petróleo y de la cotización del dólar.

Desde que se inició esta “liberación”, lo mas que vemos en un día es un alza o una baja de uno o dos centavos, no mas.

Si el dólar cotizaba hace semanas a 22 y ahora anda en los 19, ¿Alguien sabe por qué esa baja no se refleja en la caída del precio de las gasolinas?

Combine esa farsa de precios libres, que es la formalización de un impuesto escondido ante la impotencia de Hacienda de recaudar dentro de la economía formal, a la nueva legislación que permitirá cargarle al consumidor final el precio del combustible robado, y verá que no existe manera de ganarle al gobierno.

¿Por qué mejor no vamos empezando a investigar a los directivos de refinerías en todos el país que por la puerta de enfrente, sin abrir tomas clandestinas, trafican con combustibles a mitad de precio? ¿Eso también se los vamos a pagar de nuestros bolsillos? Cínicos.

 

Publicidad
Publicidad
Publicidad