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21 de noviembre 2024

9 de septiembre 2024

¡Que alguien me explique!

A los Senadores de Morena

Esos Senadores de Morena que tienen conciencia, que en el fondo no son incondicionales del mandatario en turno, están hoy en uno de esos puntos de quiebre que definirán sus vidas y trazarán su destino

Por Ramón Alberto Garza

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Estamos a unas horas de definir, no sólo el derrotero judicial de México, sino la permanencia de nuestro país en el concierto democrático de las naciones. Está claro que la enorme mayoría de Senadores que integran el bloque de Morena están ahí porque son incondicionales, no sólo de una ideología, sino de los designios de un mesías megalómano y mitómano que les dio el favor de su curul y que espera a cambio que le cumplan sin cuestionar su último capricho: el de su perpetuidad en el poder.

Pero dentro de ese bloque morenista existe, sin duda, un puñado de hombres y mujeres sensatos, que no comulgan con el proyecto judicial “al vapor” con el que se pretende cerrar el sexenio de la Cuarta Transformación. Pero temen las consecuencias de su voto en libertad.

No es fácil para esos hombres y mujeres que tienen conciencia política y social el justificar ante sus familias y sus amigos el que vayan a votar en favor de una Reforma Judicial que, a todas luces, con el más simple sentido común, acabará por atar a nuestro amado México al destino de un hombre.

Nos referimos a esos morenistas sensatos, que son seres humanos inteligentes, conciliadores, que buscan el bien de sus semejantes para lograr justicia y bienestar. Y que, por supuesto, que los hay.

Su voto del próximo miércoles, en favor de la cuestionada Reforma Judicial, quizás los congracie con su partido Morena y esa obediencia ciega les prometa abrirles las puertas para un futuro político muy prometedor.

Pero sin libertad, ese futuro brillante les exigirá a esos hombres y mujeres su cuota de sumisión. Y esa genuflexión irracional frente al capricho presidencial acabará por imponerles una fuerte pátina a su currículum político. Será una mancha de sumisión irracional que los perseguirá como sombra hasta el último de sus días y que será el sello que definirá su destino. Un destino de cobardes.

Por supuesto que es urgente una Reforma Judicial, pero nunca como la que se propone. Entregando las elecciones de jueces, magistrados y ministros a quienes puedan financiar una campaña política para que las simpatías compradas imperen por encima de las capacidades adquiridas en las aulas, con la experiencia, respetando una ruta de carrera fincada en resultados, no en simpatías.

El espíritu de lo que hoy se propone no es funcional, sino ideológico. Quienes tengan más recursos para financiar o apadrinar candidatos a ocupar los miles de posiciones del sistema legal nacional serán quienes se adueñen del nuevo Poder Judicial. Así de sencillo. Crimen organizado en primera fila.

Esos Senadores de Morena que tienen conciencia, que en el fondo no son incondicionales del mandatario en turno, están hoy en uno de esos puntos de quiebre que definirán sus vidas y trazarán su destino. Su voto a favor, otorgado no desde su conciencia, sino desde la exigencia de una incondicionalidad irracional que no da espacios suficientes para el diálogo, acabará por asfixiarlos hasta colocarlos en el rincón donde se coloca la vergüenza de la Historia.

Todavía están a tiempo de salirse de esa manada que, con su voto no razonado, exigido como pago a la curul que ocupan, puedan darle a nuestro país un respiro, para debatir con mayor amplitud los alcances de una decisión que hoy se está tomando sobre las rodillas, desde el ánimo vengativo de un Andrés Manuel López Obrador que se perpetuará con ella como un dictador de facto.

Ya vimos cómo le sembró a su sucesora Claudia Sheinbaum a la mitad de su Gabinete. Y cómo ahora, como cereza del pastel, está promoviendo a su hijo Andrés López Beltrán como próximo alto jerarca en Morena para hacer el uno-dos con Luisa María Alcalde e instalarlo como el candidato presidencial del 2030. O antes, si la revocación de mandato lo hace necesario.

La Santísima Trinidad que se está gestando desde el control de Morena, los dos liderazgos morenistas en las Cámaras y la sujeción del Poder Judicial al capricho ideológico serán la mejor garantía de que, quien hoy todavía gobierna en Palacio Nacional, acabe de líder en el poder hasta La Chingada, su finca en Palenque.

Y este exhorto a la sensatez para los Senadores morenistas con conciencia, aplica también para quienes en estos momentos están decidiendo si traicionan -con su voto o su ausencia- su calidad de opositores para ser el voto que defina el asalto sobre la democracia en México.

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