VITRO: Sí se puede

El consorcio regiomontano acaba de adquirir en 750 millones de dólares a la corporación PPG, el mayor productor de vidrio plano, que domina ese mercado en Estados Unidos y Canadá.

La noticia es tan sorprendente como singular. Hace apenas dos años pocos daban un horizonte luminoso al agobiado gigante del vidrio mexicano.

Su deuda, casi impagable, superaba los mil 200 millones de dólares. Sus acreedores –nacionales y extranjeros- exigían el cumplimiento inmediato y la perspectiva de future era de negativa para abajo.

Enmedio de esa tempestad, se dio un golpe de timón cuando Adrián Sada González, el jefe de la estrategia de reestructuración, decidió mantenerse en la presidencia de Vitro, pero entregar la operación a una nueva generación, comandada por su hijo Adrián Sada Cueva.

Y a contrapelo de la crisis -la del Euro y la China- con el lento despegue de la economía en los Estados Unidos y el escaso crecimiento en el mercado mexicano, se culminó una exitosa reestructuración que dejó al corporativo regiomontano sin deuda.

Pero el trance no fue gratuito y pagó su precio. Para lograrlo aceptaron vender la división envases, que si bien era dominante en el mercado mexicano, exigía una gran inversión para adaptarse a las nuevas tecnologías.