22 de febrero 2017
Comunidad
México: Más armas, menos paz
De acuerdo a un reconocido think tank de seguridad, México es el segundo país de América Latina que más compró armamento en los últimos cinco años
Por Rodrigo Carbajal
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México es el segundo país que más compra armamento en América Latina, más que Brasil con las favelas, más que Colombia con las FARC, pero menos que Venezuela.
La militarización del país se puede medir por dos variables:
Uno, el repunte del número de homicidios por cada cien mil habitantes.
Dos, el repunte de la importación de armamento.
De acuerdo al Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo la compra de armamento de parte de las agencias de seguridad del Estado se incrementó en un 180 por ciento entre el 2012 y el 2016.
El think tank explica que esto es “una respuesta militarizada contra los cárteles de las drogas”.
El 56 por ciento del equipo fue comprado a Estados Unidos.
Incluye helicópteros con artillería, vehículos blindados y Humvees todoterreno, es decir armamento para operaciones de contrainsurgencia.
Esto explica cómo ha cambiado la guerra contra el narcotráfico en México. Pasamos de administrar las rutas por las que atravesaba la droga a disputar plazas en estados tan diversos como Guerrero, Sinaloa y Tamaulipas.
El cambio de enfoque ha sido muy costoso en términos de vidas humanas y de dinero de los contribuyentes.
Bajo estimaciones conservadoras, las muertes de la guerra contra el narcotráfico en México superan las bajas militares y civiles combinadas de la guerra de Irak y de Afganistán.
El costo financiero requiere que el gobierno destine 9.7 por ciento del presupuesto total de todas las secretarías y ramos autónomos del sector público, aún en años de austeridad fiscal como el 2017.
Por ello, vale la pena preguntar si es inteligente seguir gastando esta cantidad de recursos para hacer lo imposible: detener el flujo de drogas hacia un mercado con una demanda de 60 mil millones de dólares al año.