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Opinión

¡No me ayudes, compadre Higa!

Mientras el presidente Peña Nieto defendía los derechos humanos, en México, para mas detalle en su entidad, el Estado de México, se cometía un nuevo atropello

Por Ramón Alberto Garza

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Si alguien de verdad quiere entender la baja aprobación que tiene el presidente Enrique Peña Nieto, no tiene mas que asomarse a lo que acaba de ocurrir en Alemania y en el Estado de México.

En su visita de Estado, el mandatario mexicano pronunció distintos discursos en los que exaltaba el respeto en México a los derechos humanos.

El discurso no podía ser diferente, en los momentos en los organismos de derechos humanos alemanes cuestionaban su falta de respeto en México, apuntando explícitamente a Ayotzinapa.

Sin ser insultante, pero dejando en claro que aun no hay soluciones claras y suficientes a la violencia en México, la canciller Ángela Merkel le tendió la mando a su distinguido visitante ofreciendole asesoría y entrenamiento para los cuerpos de seguridad de nuestro país.

Hasta ahí, a pesar del debate en México por la no renovación del contrato al grupo de expertos internacionales, se buscaba salvar cara. Pero el discurso presidencial en Alemania fue boicoteado por la deplorable realidad.

Porque mientras el presidente Peña Nieto defendía en el extranjero los derechos humanos, en México, para mas detalle en su entidad, el Estado de México, se cometía un nuevo atropello.

Violentando un amparo emitido el 18 de febrero, ingenieros y trabajadores de la constructora Autovan (Autopistas de Vanguardia S.A.) irrumpían en el municipio de Xochicuautla. Fueron a demoler viviendas ocupadas por campesinos para no detener la construcción de la autopista Toluca- Naucalpan.

La violenta operación, violatoria a los derechos humanos por su flagrante desacato al Amparo, se ejercía con la intervención de las FAR (Fuerzas de Acción y Reacción) del Estado de México.

Pero colmo del desplante de autoritarismo es que Autovan, es una filial del famoso e ignominioso Grupo Higa, de Juan Armando Hinojosa, el llamado constructor favorito del gobierno federal.

A ver, a ver, a ver. ¿Quién es el insensible empeñado en desplomar todavía mas la aprobación presidencial? ¿Nadie dentro del gabinete vio que, una vez mas, el constructor de la Casa Blanca presidencial pondría en aprietos a su amigo?

Entrar con el uso de la fuerza, en el estado origen del presidente, con la constructora del amigo y compadre del presidente, para atropellar los derechos de humildes ciudadanos, desarticula cualquier discurso de derechos humanos pronunciado en Alemania.

Algo está demasiado suelto en el gobierno federal y en el del Estado de México como para que ya se les haya olvidado aquella tragedia de Atenco.

Juan Armando…. ¡Ya no me ayudes, compadre!

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