Fujimori: Mafias vs Pueblo

En casi todos los países, desde Estados Unidos hasta Rusia, pasando indiscutiblemente por México, algunos candidatos suelen invocar el monopolio de las mafias del poder. Las políticas y las económicas.

Su referencia va de la mano con los privilegios que detentan unas cuantas élites, que velan sus muy personales intereses por encima de las mayorías, acaparando el pastel de los grandes negocios nacionales.

Y suele suceder que cuando algún candidato habla de esas mafias del poder, la reacción de los medios, por lo general alimentados publicitariamente por esas cofradías, suele calificar las denuncias como fantasiosas.

Pero si alguien quiere ver lo que significa en los hechos el divorcio entre lo que opinan y hacen esas élites con lo que dice el ciudadano, el pueblo, basta con asomarse a las elecciones presidenciales del pasado fin de semana en el Perú.

Los ganadores de la primera vuelta son Keiko Fujimori como la puntera para indiscutible la presidencial y su hermano Kenji Fujimori, quien por el número de votos se perfila como el próximo líder del Congreso.

¿Qué significa que los peruanos haya elegido a los dos hijos del encarcelado ex presidente Alberto Fujimori?

Mas aún, que significa que otros dos ex presidentes peruanos que buscaban volver a la casa presidencial no hayan conseguido, juntos, ni la quinta parte de los votos que logró la arrolladora Keiko Fujimori.

Alan García, quien buscaba su tercera reelección presidencial, apenas consiguió el 6.7 por ciento de los votos. Y Alejandro Toledo, no levantó mas allá del 1.25 por ciento.

Es decir, los hijos de un “corrupto y repudiado” ex presidente como Fujimori, encarcelado, logran cinco veces más votos que dos ex presidentes que andan libres.

¿Tan masoquistas son los peruanos? En la realidad, lo que esos ciudadanos están diciendo digan lo que digan las mafias del poder en el Perú, los ciudadanos creen y confían en los Fujimori.