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26 de abril 2017

¡Que alguien me explique!

La mala memoria

Los mexicanos ya olvidamos aquellas reuniones dónde terceros piden financiar a algún partido político. Por eso sorprende el debate de los 500 mil pesos dados a Eva Cadena

Por Ramón Alberto Garza

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Los mexicanos somos de mala memoria. El escándalo de hoy opaca por completo el escándalo de ayer y deja en el olvido el del mes pasado. No se diga el de hace un año o una década.

¿Alguien recuerda la carta que Carlos Cabal Peniche le envió en mayo de 1999 el periodista Andrés Openheimer, colaborador del Miami Herald y premio Pulitzer?

Era era una carta del empresario y banquero mexicano detenido en Melbourne, Australia, donde enfrentaba la demanda de extradición del gobierno mexicano.

Cito textual: “Con el fin de tener éxito como empresario en México, uno tiene que desarrollar…una cooperación pragmática con los candidatos del partido del gobierno….”

“Será por eso que aun sin ser candidato oficial del PRI, pero ya el favorito del Presidente, el señor Francisco Labastida ya tiene su grupo de empresarios que lo apoyan, hacen donativos y hasta le obsequian autobuses para su campaña”.

Y en esa famosa carta, Cabal Peniche reconoce que su rol en la sucesión presidencial de 1994, tras el asesinato de Luis Donaldo Colosio, fue la de “promover y facilitar la entrega de 15 millones de dólares al PRI”

¿Alguien ya olvidó también aquella famosa cena de los más prominentes empresarios que ofreció el banquero Roberto Hernández, en la casa de Tres Picos número 10, propiedad de Antonio Oritz Mena y con la presencia del presidente Carlos Salinas de Gortari, el presidente del PRI, Genaro Borrego y el secretario de finanzas tricolor, Miguel Alemán?

Para quienes tienen corta memoria, fue en esa cena en la que 30 empresarios de la talla de Carlos Slim, Emilio “El Tigre” Azcárraga y Alberto Bailleres se buscaban 75 millones de pesos para apuntalar la campaña presidencial del PRI rumbo al 1994. Entonces el precandidato favorito era Luis Donaldo Colosio.

¿O también ya se nos borró de la mente aquellos reiterados encuentros del presidente Vicente Fox y de su esposa Marta Sahagún con prominentes empresarios buscando fondos para financiar la campaña de desafuero y descalificación de Andrés Manuel López Obrador en un desesperado intento descarrilar la campaña de “El peligro para México”?

Pero la izquierda tampoco está exenta de pasar charolas. ¿O ya se borramos de la mente la filtración de aquella cena, también con empresarios, en una casa de Las Lomas, en la que el cineaste Luis Mandoki y Luis Bonino solicitaban apoyos por 6 millones de dólares para aplicarlos en el cierre de la campaña del entonces candidato perredista, Andrés Manuel Lópéz Obrador?

Por eso sorprende el nuevo “bejaranazo” que debate los 500 mil pesos en efectivo que alguien no identificado, pero con cámara montada en la habitación, le entregó a Eva Cadena, la ingenua o ambiciosa ex-candidata veracruzana de Morena.

En todos los partidos, de todos los colores, existen “pedinches” desde 500 mil pesos hasta 25 millones de dólares, que cuando son sorprendidos y exhibidos se deslindan o se dicen sorprendidos en su inocencia.

Y a pesar de que ya existen el Instituto Nacional Electoral y la Fiscalía Especial para Delitos Electorales, frente a lo que testificamos se ven rebasadas. Una salida sensata quizá sería que cada candidato designara públicamente a un Coordinador de Financiamiento que fuera el único responsable y autorizado para recibir personalmente cualquier apoyo económico.

Cualquier otro “pedinche” estaría descalificado y el dinero que se les diera, sería bajo cuenta y riesgo de quien se quiere acomodar. Y eso iría para todos, desde el PRI, pasando por el PAN, hasta Morena.

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