La huída de ‘El Bronco’

Jaime “El Bronco” Rodríguez quiere huirle a la gubernatura de Nuevo León porque ya no ve lo duro, sino lo tupido. No le ve futuro.

Por eso ya comenzaron a aparecer bardas en las que se promociona su logotipo del caballo con la leyenda “Bronco para Presidente de la República”.

Apenas cumplió sus primeros 18 meses al frente del llamado gobierno independiente y ya le urge hacer maletas para irse a hacer historia en la campaña presidencial 2018.

El problema es que lo que El Bronco podía vender hace todavía seis meses se le esfumó. La realidad lo alcanzó, lo rebasó y le está dando serias revolcadas.

Lo más preocupante es que al gobernador independiente se le escurrieron entre los dedos sus amigos, sus operadores, sus confesores y sus cómplices.

Cuatro piezas clave de la incipiente administración –Fernando Elizondo, Roberto Flores, Cuauhtémoc Antúnez y Esthela Gutiérrez- ya no lo acompañan en el trayecto. Se le bajaron o se los bajaron, es lo de menos.

Elizondo fue crucial en la alianza que acabó por darle la victoria al candidato independiente. Pero se dio cuenta a tiempo de que una cosa es lo que el gobernador le prometió y otra muy distinta lo que le dejó hacer.

Flores fue atacado como Procurador de Justicia, solo para acabar poniendo la renuncia sobre la mesa, porque su jefe no solo fue incapaz de defenderlo; le dio la espalda.

Antúnez, un general muy apreciado por el sector empresarial, también acabó sofocado entre crisis de inseguridad y motines en los penales, desbordados y sin control.