[hurrytimer id="116852"]
17 de junio 2024

11 de junio 2024

¡Que alguien me explique!

Golpe a golpe, beso a beso

La virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, sostuvo su primer encuentro en Palacio Nacional con el presidente Andrés Manuel López Obrador

Por Ramón Alberto Garza

COMPARTE ESTA HISTORIA

La virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, sostuvo su primer encuentro en Palacio Nacional con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Y aunque muy protocolario, como suelen ser esos encuentros, no dejó de ser un primer round de sombra entre quien ya se va -o mejor dicho no se quiere ir- y quien está por llegar, pero todavía le faltan 100 días para que le crucen la banda presidencial.

Nada sencillo debió ser esta comida de sopa de jitomate y pescado para la primera presidenta, conociendo cómo se las gasta su mentor político y actual inquilino de Palacio Nacional.

Sobre todo, cuando en su mañanera del viernes pasado, el presidente López Obrador salió a pedirle a la virtual presidenta electa posiciones de gobierno para él y para sus hijos, que ya serán agentes libres, siempre y cuando -dijo- aclaran que no son corruptos.

Está claro que el presidente saliente y la presidenta entrante están en un jaloneo sobre el Plan C que incluye 18 reformas constitucionales que López Obrador quiere dejar aprobadas ya con el nuevo Congreso y que serían su herencia final.

Claudia Sheinbaum pide que esas reformas se consensuen y el mandatario -quien dijo el viernes que los mercados financieros no están por encima de la justicia- dio un pasito para atrás y aceptó que se den auscultaciones. No está claro si le quiso ceder un golpe de bola a su sucesora o de plano están jugando al policía malo, él, y a la policía buena, ella. Lo veremos en septiembre.

Sea como fuere, los “despreciables” mercados financieros reaccionaron al encuentro. Y en los 27 minutos en los que Claudia Sheinbaum dio a conocer los detalles de la reunión, el dólar elevó su cotización de 18.22 a 18.53 pesos. Es decir, no le reaccionaron bien.

Algunos dicen que eso se debió a que no quedó muy claro si la llamada reforma judicial va a ser aprobada en “fast track” en septiembre, aunque la vistan como una consulta amplia. Y es que, modificar las reglas para elegir a los árbitros judiciales, intimida a los inversionistas y ahuyenta capitales.

Pero conociendo el pragmatismo de los mercados financieros internacionales, debió existir otra alerta que los intranquilizó. Y esa debió ser el anuncio de la virtual presidenta electa de que, en 2025, se van a elevar los apoyos del Bienestar, en un año en el que es obligado bajar el desbordado Gasto Público para reducir el Déficit Fiscal de 6 al 3 por ciento.

Entre esos anuncios está el de una reforma que eleve a rango constitucional un programa social para mujeres de entre 60 y 64 años para acompañar sus cuidados de la tercera edad. Este programa es adicional a la pensión universal que ya se otorga a los adultos mayores, hombres y mujeres incluidos.

Claudia Sheinbaum anunció también una reforma a la Ley del ISSSTE que le conceda un incremento en las pensiones de los maestros -¿premio a su trabajo en las urnas?- además de un programa social que eleve a rango constitucional la llamada Beca Universal.

Entre las reformas que se propondrán se incluye derogar la posibilidad de reelección en alcaldes, diputados locales, federales y senadores.

Finalmente, Sheinbaum dijo que su equipo de transición recibirá hoy martes a una comitiva de funcionarios del gobierno de Estados Unidos. Veremos el alcance del cruce de mensajes.

Pero lo que causó más expectación, es que la virtual presidenta electa se comprometió a revelar, la próxima semana, a los que integrarán su Gabinete, para que cada secretaria o dependencia vea con sus pares la transición.

Ahí sabremos de qué está hecha Claudia Sheinbaum. Si los elegirá en libertad, si le impusieron a algunos personajes clave o si buscará quedar bien con todas las tribus morenistas.

Conoceremos, entonces, si la que será nueva inquilina de Palacio Nacional le tomó la palabra a su mentor y le ofrece alguna posición formal -como él ya lo solicitó- o si llama a algún cargo clave a alguno de los hijos de López Obrador, cuya carta ya está liberada y que tiene la mira bien puesta en el 2030.

Por ahora, sólo nos queda ser testigos de una transición de poder que -parafraseando el poema Cantares, de Antonio Machado- se está dando “golpe a golpe, beso a beso”.

Publicidad
Publicidad
Publicidad