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¡Que alguien me explique!

El futuro de Osorio Chong

Después de la captura de Damaso López, una publicación en la cuenta de Twitter de Enrique Peña Nieto dejó en claro que el crédito de su arresto es la Sedena

Por Ramón Alberto Garza

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Cuando la mañana del pasado dos de mayo fue capturado Dámaso López, alias “El Licenciado”, operador y brazo derecho de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el presidente Enrique Peña Nieto envió un singular tweet.

 

Eso publicó textual el mandatario federal en su cuenta de Twitter @EPN.

Decimos singular, porque es la primera vez que el presidente aisla a la Secretaría de la Defensa, para darle un pleno reconocimiento.

O visto desde el otro lado, el mandatario dejó en claro de quien fue el mérito de la captura. Y ese mérito no fue de ninguna dependencia coordinada desde el mando de seguridad nacional, que converge en la Secretaría de Gobernación.

Si a eso le sumamos la creciente ola de violencia que azota todo el territorio nacional, entenderemos la distancia que el presidente está colocando de por medio con quien es su hombre de seguridad: Miguel Angel Osorio Chong.

Sencillamente al secretario de Gobernación se le salieron de control las cifras de seguridad, volviendo a los preocupantes niveles de los peores días del gobierno de Felipe Calderón.

Curiosamente los estados mas golpeados son entidades en las que –salvo el caso de Puebla- cambiaron de partido en tras las dos mas recientes elecciones de 2015 y 2016.

La tesis presupone que con la salida del tricolor del Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Quintana Roo, Chihuahua y Durango, se alteraron los equilibrios que existían con los cárteles que por tradición operaban en capitales del trasiego.

Gracias a eso, florece hoy el cártel favorito del sexenio, que es el de Jalisco Nueva Generación. La extradición de El Chapo, la captura del Licenciado –todos hechos muy aplaudibles- solo vienen a confirmar esa tesis.

Pero al final del día, las disputas de los cárteles y ahora un nuevo y poderoso bloque criminal, el de los huachicoleros, son los dos mayores retos al Estado mexicano que amenazan con incidir sobre los próximos resultados electorales. Los del 2017 y los presidenciales del 2018.

Y las respuestas a las tres preguntas que importan hoy, acaban en el despacho de Osorio Chong, el “favorito” del PRI para abanderar la inminente candidatura presidencial.

Primera pregunta: ¿A pesar de la captura de decenas de peligrosos capos –mérito indiscutible-, existe de verdad una baja en la operación de cárteles, o solo se le limpió el camino a Jalisco Nueva Generación? Después de casi cinco años, ¿que pasó con la nueva Policía Federal? ¿Por qué Marina y la Defensa acaban haciendo la tarea? ¿Qué pasó con “De la seguridad de Tamaulipas, me encargo yo”.

Segunda pregunta: El robo a cielo abierto de combustibles ya es toda una nueva industria criminal, ¿por qué endosarle desde el discurso de Bucareli el pecado a los gobernadores, cuando el saqueo es sobre ductos federales y eso recae en el responsable de la seguridad nacional?

Tercera pregunta: El partido en el poder, al que Osorio Chong pretende abanderar rumbo al 2018, ¿está hoy mejor o peor posicionado que hace cuatro años? ¿Es coincidencia que la hecatombe política del 5 de junio del 2016 sacudiera Veracruz, Quintana Roo, Tamaulipas, Chihuahua y Durango, estados en disputa abierta entre los viejos y nuevos cárteles? ¿Cómo jugará todo esto para Edomex, Coahuila y Nayarit?

Por eso no se puede ignorar el tweet de Peña Nieto. Porque exhibe, por primera vez, que Osorio Chong ya no está en la gracia presidencial.

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