7 de marzo 2016
Opinión
¿Por dónde comenzamos la austeridad?
La palabra más utilizada en discursos de funcionarios, el desorden de las arcas estatales casi en todos los estados, ponen el “apretarse el cinturón” como la frase de moda obligada en México
Por Ramón Alberto Garza
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La palabra más empleada hoy en los discursos oficiales, los de los políticos, es austeridad.
El desplome de los ingresos petroleros, la crisis financiera global, el desorden de las arcas estatales casi en todos los estados, ponen el “apretarse el cinturón” como la frase de moda obligada en México.
Miles de proveedores pequeños, medianos y grandes, del gobierno y de sus paraestatales, tienen meses sin cobrar obras o servicios ya terminados. Y no tienen para cuando.
En paraestatales como Pemex y la CFE simplemente difirieron sin fecha los pagos. Y las nuevas facturas, al menos en la petrolera, no las suben al sistema para no contabilizar, no generar la orden de pago y aplazar el cheque lo más posible.
Estados como Nuevo León, Veracruz, Chiapas y Quintana Roo, por citar algunos, viven de facto una moratoria de pagos porque lo que tienen en sus tesorerías no alcanza.
Se privilegia el pago de miles de burócratas por encima del trabajo productivo. Se le da preferencia a favores de amigos proveedores, que les dejarán sobre la mesa su respectivo “moche”.