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5 de abril 2016

Opinión

Canales: el injugable

La comparecencia de Ernesto Canales ante el Congreso para explicar la danza de los millones de dólares el caso de Paula Cusi dejó más dudas que aclaraciones

Por Ramón Alberto Garza

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La comparecencia de Ernesto Canales ante el Congreso para explicar la danza de los millones de dólares el caso de Paula Cusi dejó más dudas que aclaraciones.

Y lo que es todavía peor, dejó un muy mal sabor de boca sobre la laxitud y el temperamento de quien,  por principio, debe ser un hombre frío y justo ante los espinosos casos que tendría que enfrentar.

Lo primero que sorprendió fue que Canales considerado uno de los mejores abogados de México se presentó ante los diputados acompañado Igor Trujillo, un abogado de la Ciudad de México.

¿Acaso no confía en su defensa propia?

Vino luego el jaloneo de preguntas y respuestas cuya conclusión no fue otra que Canales sí recibió los 6 millones de dólares de la empresa a la que su clienta, Paula Cusi demandaba.

¿A cuenta de qué un abogado recibe tanto dinero de aquellos a quiénes está demandando? ¿Y sin el conocimiento de su cliente?

Su explicación es que fueron 6 millones de dólares de gastos.

¿Podríamos preguntar, solo por curiosidad, a cualquier despacho de abogados qué se necesita gastar y durante cuánto tiempo para contabilizar 6 millones de dólares?

Porque una flagrante mentira fue la de decirles a los legisladores que ese dinero fue cobrado a lo largo del proceso cuando de acuerdo a los depósitos, el pago se le hizo en dos exhibiciones de 3 millones de dólares cada una.

Lo que sí está claro es que Paula Cusi, su cliente quien fue detenida y encarcelada cuando el abogado Canales la trajo a México no sabía nada sobre esa cantidad nada despreciable y menos que hubiera sido ingresada a la chequera de quienes decían que la defendían.

Pero más allá de la evidencia que hasta ahora arroja más dudas que respuestas hay dos hechos que ponen al fiscal anticorrupción en el banquillo.

Primero, el admitir que sobornó a agentes de tránsito y aduanales, justificando que ese no era dinero del Erario ¿Y eso no es corrupción? , le preguntamos. Si no lo entiende el abogado contratado para combatirla, estamos en serios problemas. Mala lección para el pueblo.

Segundo, el perder los estribos al final de la comparecencia, para increpar con enojo a dos decirles que ellos son mas corruptos que él y acabar amenazarlos con que los va a investigar, es muy delicado. Hay testigos.

¿Acaso no estamos ante Ernesto Canales, el promotor de la película Presunto Culpable? ¿Cómo puede un fiscal anticorrupción ser acusador al vapor y peor aún, convertirse en juez sin darles a los legisladores el debido proceso?

Está claro que el gobernador independiente de Nuevo León, Jaime El Bronco Rodríguez, tiene como su más elevada prioridad combatir la corrupción. Y hace bien. El pueblo confía en que lo hará.

La pregunta es si después de la comparecencia del lunes, Ernesto Canales es el hombre para hacerlo o de plano ya está injugable.

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