3 de mayo 2016
Opinión
Ayotzinapa: Derechos de humanos
Los cinco integrantes del GIEI acabaron en medio de serios cuestionamientos que desmerecen su enorme tarea de un año
Por Ramón Alberto Garza
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No hay duda de que en el caso de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa existen un sin fin de manipulaciones y dudas no aclaradas que impiden llegar a la verdad.
Algo demasiado oscuro debe de esconderse detrás de este acto criminal como para que a dos años de distancias nadie pueda dar con el paradero de los normalistas.
Por eso siempre aplaudimos la integración del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes. Porque se antojaba como una opción externa que removiera los escombros –los políticos, los sociales, los del crimen organizado- para encontrar esa verdad.
Pero está claro que por más buena intención que existiera, los desencuentros con las autoridades, las presiones de una opinión pública ávida del gran descubrimiento y los reflectores internacionales sobre las expectativas de sus resultados, acabaron insertar algunos vicios en el proceso.